En la era del marketing de contenido las comunicaciones digitales han cambiado el juego, nuestras audiencias están expuestas a bombas de contenido segundo tras segundo. Cualquier persona con un teléfono inteligente recibe cuotas de información incuantificables, por lo que la mejor herramienta que pueden emplear las empresas es tener un buen comunicador.
A la hora de escribir un post siempre buscamos enfocarnos en que el contenido sea novedoso, interesante para nuestra audiencia, que esté optimizado para posicionarlo en los motores de búsqueda. Sin embargo, muchas veces, se nos olvida con mucha facilidad que somos personas escribiendo para personas. Escribimos para una industria, o para una audiencia clave pero, ¿Cuándo fue la última vez que viste a una “audiencia” o a una “industria” sentarse en el baño con su celular a leer un artículo? Al final, cuando tratamos de escribir para todo el mundo, terminamos escribiendo para nadie.
Ann Handley, autora del libro “Las reglas del contenido” afirma que incluso cuando se está desarrollando contenido que será distribuido a toda la base de tu audiencia o clientes, todavía se está simplemente hablando a un solo ser humano por vez en un momento dado. Recomienda preocuparse menos por sonar profesional, y más por la creación de contenido notable con el que la gente se pueda identificar.
En este post hemos creado una lista de lo que un buen comunicador debe tener en cuenta a la hora de crear contenido efectivo y personalizado para su audiencia:
- Hablar sin rodeos:
No se trata de lo que dices, se trata de lo que la gente escucha. Habla la lengua real de tus consumidores, utiliza la jerga con la que ellos se manejan a diario, evita palabras ajenas al vocabulario que la audiencia está acostumbrada a manejar. Con esto no queremos decir que los subestimes, sino que sencillamente te pongas de su lado y los trates como un igual.
- El contexto lo es todo:
No hay mejor señal para las audiencias que el hecho de que tú eres uno más de ellos y comprendes su mundo. Ser creativo no se trata solo de tener ideas maravillosas, se trata también de entender como contextualizar lo que se quiere decir a las personas correctas y de la forma correcta, tomando en cuenta el contexto en el que esta persona se mueve a diario.
- No corrijas a tus consumidores:
No utilices sus propias palabras o parafrasees lo que quiso decir, eso puede generar desconfianza con la audiencia. Si tu objetivo es educar, ejemplifica lo que quieres decir sin llevar la contraria o señalar a tu consumidor por su falta de conocimiento en una materia.
- Cambia la estructura:
Es muy sencillo encasillarnos en una estructura que nos funciona bien todo el tiempo. Sin embargo, hacer uso de elementos narrativos más arriesgados puede traer como resultado un mayor número de lectores. Asegúrate de que tu escritura no cae en una estructura ni narrativa ni morfosintáctica repetitiva que genere estrés en los lectores.
- Evita los clichés:
El problema con ellos es que no son tus palabras, son las palabras de otros popularizadas y esto por lo general, es visto como una forma de rellenar el espacio que no aporta sino que más bien disminuye la calidad del contenido.
- Apréndete las reglas:
Es cierto que las reglas están para romperlas, pero si quieres romperlas bien, tienes que entenderlas primero. Es indispensable el entender el cómo y el por qué de cada regla antes de romperla, así cuando lo hagas entiendes la razón por la que lo haces. La gramática española es rígida, pero cuenta con muchísimos elementos que se pueden modificar de modo que nuestros textos sean enriquecidos y cercanos a nuestra audiencia.
Como seguro has notado la habilidad del buen comunicador es indispensable a la hora de llevar a cabo muchas de las estrategias del marketing digital. Cada quien tiene una formula que le funciona, lo importante es encontrar la forma de acercarse a los usuarios que conforman la masa que llamamos “audiencia” y hacerles llegar lo que necesitan de la mejor forma posible.